domingo, 13 de septiembre de 2015

Heredera de desmemoria.

Marchita está mi flor de la vida
Agonizando hiriente por su huida
Allá a los lejos alguien canta
Pero ya no puedo oírla.

Del partir de mi consciencia
A no sé dónde, te declaro testigo
Mi desmemoria afloja mi impaciencia
Y soy paciente mientras olvido.

Enmudecen sus  purpúreos párpados
Sumergidos en el insomnio
Recuerdan lo que no recuerdo
¡Parece que nos hemos amado tanto…¡

Solo me queda lo efímero
Divagando en el hemisferio del delirio
Y solo siento su mano
Sus dedos posados sobre los míos.

Quisiera contar las historias que vivimos
Y las que no vivimos. “Adiós… Adiós…”
Y me mira como pidiendo perdón
Y yo le sonrío, que hoy me reúno con Dios.




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