Necesite decirte querido lector que ya llevo algún tiempo sin reflexionar, sin
filosofar sobre mis pensamientos (y decir que dar filosofía es muy malo para
personas como yo).
Probablemente la frase más odiada de mi vida sea: “Cuando
crezcas los entenderás” y puede que por gracia o desgracia algo entendí. Sin embargo
heredé esa consciencia que tanto me han enseñado… Aprendí a nunca contentarme,
a nunca aceptarme, a nunca conformarme como soy sino que siempre podía mejorar,
aprender e incluso enseñar. De que siempre hay que salir hacia adelante y hoy
tengo aprendida la lección. Hoy que sé que me queda mucho por vivir y quiero
saborear la vida con todas sus consecuencias aunque vivir en este mundo de
locos sea complicado. Pero hay algo en mí que nunca se apagará: Mi Ilusión.
Es cierto, ninguno de nosotros somos perfectos pero si cada
uno llegáramos a tolerar las imperfecciones de los demás (partiendo de una base
ética) podríamos quien sabe quizás a llegar al equilibrio perfecto. Y de toda y
cada una de estas cosas lo más importantes es aprender a reír, a reír de unos
mismo y si logras hacerlo nunca podrán afectarte las palabras de nadie. Aprender
que esa es la conquista más difícil, la de uno mismo y si todos nos lo
proponemos incluso ser felices. Porqué aún en este pobre mundo de buenas
acciones si logramos hacer reír a alguien significa que ya hemos logrado algo,
significa que algo ya tiene sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentad^^